1.Retírelo de la impresora según las indicaciones del fabricante.
2.Evite tocar la parte de cobre. La estática acumulada en sus manos podría quemar los circuitos.
3.Guárdelo en una bolsa, preferiblemente plástica y sin aire.
Recuerde traerlo tan pronto como empiece a terminarse la tinta. De no ser así, los residuos se secan y obstruyen su cartucho, con lo que el resultado de la recarga será menos efectivo.
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